Algunos de nosotros debemos lidiar con perros que no se dejan guiar fácilmente e insisten en tironear e ir por su lado. Especialmente cuando algo interesante se cruza en su camino. En definitiva, nos preguntamos: Collar de ahorque, ¿sí o no?
El collar de ahorque suma detractores
Son muchas las voces que se levantan en contra del collar de ahorque y que abogan por un entrenamiento adecuado del perro. Veamos por qué.
Tercera edad o tamaño relativo
Cuando el perro es muy grande y poderoso en relación a quien lo lleva, es comprensible que la persona quiera un poco más de control sobre su mascota. Especialmente alguien de edad podría tropezar y caer con el tirón del perro. Si este es el caso, dudo mucho que un collar de ahorque resulte eficaz para prevenir, pero resulta comprensible que la persona quiera tomar precauciones.
¿Cómo funciona el collar de ahorque?
Es muy sencillo: se trata de un collar que, cuando el perro tironea, se aprieta alrededor de su cuello. Eventualmente el perro debe ceder para poder respirar con facilidad, y no es raro que tosa y necesite reponerse después de la experiencia. El collar de ahorque molesta y aflige al perro cuando tira de la correa. Esa es la idea.
Resultados
Mi perro es un American Terrier y le gusta salirse con la suya cuando vamos de paseo. He probado con distintos mecanismos y durante varias semanas usé un collar de cinta textil que actúa como el clásico collar de ahorque. No puedo decir que haya modificado su conducta en lo más mínimo. Tal vez con un “verdadero” collar de ahorque resultaría, pero no haré la prueba.
Mi idea no es que se asfixie y lo pase pésimo, sino que aprenda a desistir de ir por su lado cuando va con correa. De modo que estamos de vuelta con su collar tradicional, porque al menos en mi caso no funcionó esto de apretarle el cuello.
La correa extensible
Otra idea que al menos en mi caso funciona, pero que requiere atención, es usar el freno de la correa extensible al modo de un ABS: es decir, cuando quiero que desista de ir por su lado, en lugar de frenarlo en seco y exponerlo a un tirón, aplico sucesivos toques por breves instantes y lo llamo. Por lo general funciona, pero requiere atención previa ya que si se agotó el “carrete” el tirón lo va a sentir igual. ¿Se habrá inventado una correa extensible con frenado progresivo?
Collar tradicional y perros pequeños: a tener en cuenta
El collar tradicional tampoco es lo indicado, especialmente si la relación de fuerzas es la opuesta, es decir: un perro relativamente pequeño y más débil que quien sostiene la correa.
Tanto el collar tradicional como el collar de ahorque suponen riesgos de salud, especialmente cuando el perro es la parte más débil:
- Dolor, contusiones y/o contracturas. En el cuello se concentra parte de la musculatura que repercute en el correcto movimiento del resto del cuerpo del perro.
- Afectación del riego sanguíneo y problemas relacionados. Por otro lado, la presión ejercida por un collar sobre el cuello puede interferir en la correcta circulación sanguínea.
- Dificultades respiratorias. Una presión excesiva sobre ellas puede desembocar en problemas respiratorios y atragantamientos.
- Afectación de la tiroides. La tiroides es una glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello. Si se ve afectada, ello puede influir negativamente sobre el metabolismo del perro.
El arnés
Definitivamente el arnés parece ser una mejor solución que un collar. Existen arneses que amortiguan el tirón del perro, y que parecen adecuados para disminuir los riesgos de un tirón para quien sostiene la correa. Pero ya sea collar o arnés, si el perro tironea el ideal es acudir a un especialista con objeto de entrenarlo. Será lo más seguro para nuestro perro y para nosotros mismos.
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Referencia: Whole Dog Journal
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