Sí, finalmente termino la etapa agotadora del cachorro, cuando destroza, ensucia y no entiende órdenes. Es perro adolescente entre los seis meses de edad y los dos o tres años, cuando alcanza la madurez. Lo que sigue aplica también para perros esterilizados.
Desarrollar una relación estrecha – cuando algunas cosas son más fáciles
El fundamento de una buena relación con tu perro está formándose y haciéndose más fuerte. Si lo tienes desde cachorro tienes mucho ganado, y desde luego tus reservas de paciencia serán casi inagotables. ¡De vez en cuando tendrás que echar mano de éstas!
Pero habrán etapas superadas: sabrá esperar a que lo saques para hacer sus necesidades; sabrá esperarte si un día debes retrasar su salida. Ya entenderá algunas órdenes básicas.
Su dentadura estará casi madura
¿Te acuerdas cuando necesitaba morderlo todo? ¿Incluyendo el tirador de la cómoda? Esta etapa termina a los nueve meses, pero algunos perros mantienen el hábito de morderlo todo. Por eso es necesario reevaluar sus juguetes, especialmente pensados para que tenga «lo suyo» para morder. Lo que antes le duraba meses ahora será destruído en unas cuantas horas.
Sus horarios de sueño se alteran
De cachorro, ¿te acuerdas?, pasaba más horas durmiendo que despierto. Eso se acabó: ahora le sobra energía. Tal vez no sea suficiente con sacarlo a pasear, y es hora de incorporar rutinas que lo desafíen, por ejemplo buscar su pelota o sacar el premio de adentro del juguete.
Especialmente si tiene que quedarse solo en casa, no faltarán los días en que a las 11 de la noche estará listo para comenzar la fiesta, trayendo sus juguetes a tu dormitorio y moviendo alegremente su cola. ¿Qué se puede hacer? no mucho. ¡Pero no alteres tú sus rutinas! Te interesará saber cuántas horas debe dormir.
Socializar al adolescente
Este es tal vez el aspecto más importante. Debes seguir exponiéndolo a ambientes diversos, a encontrarse con desconocidos y especialmente con otros perros. Ojalá estos encuentros se asocien a algo positivo (por ejemplo, su paseo vespertino).
Tal vez observes que ahora tu perro se muestra temeroso de situaciones que antes no le importaban. Eso es normal: serán reacciones que se manifestarán en forma intermitente. Por ejemplo, una nueva señalética en la entrada del parque será objeto de franco temor, y querrá dar un rodeo para no acercarse. Tu perro no siempre sabe cómo controlar sus emociones en esta etapa. No lo empujes a «confrontar sus temores.» Dale tiempo y espacio para que procese aquello que lo atemoriza, ya se le va a pasar.
Tal vez decida ladrarle a todas las personas y perros desconocidos. Es normal y es una etapa. No le grites por su comportamiento grosero. No dejes de acompañarlo.
Un nuevo interés en las caminatas
Los cachorros en general se mantienen cerca de donde se sienten seguros, y es lógico porque así han sobrevivido. Pero un perro adolescente siente el impulso por explorar y conocer nuevos lugares. Un cachorro se cansa muy pronto y termina a duras penas un paseo breve, pero tu perro adolescente es otra cosa: no se cansará antes que tú. Déjalo olfatear durante estos paseos.
¿Con o sin correa? Depende del entorno. Solo si es seguro déjalo libre, porque en caso contrario cualquier cosa será motivo para salir disparado (por ejemplo otro perro al otro lado de la calle). Será necesario, sumamente útil, mantener la rutina de llamarlo y recompensarlo con objeto de reforzar su obediencia. Siempre, de por vida.
Rutinas que se desdibujan
¿Te acuerdas cuando le decías sentado y se sentaba? Parece que lo olvidó todo, pero no es así. Lo que pasa es que le cuesta un poco más procesar estas memorias, pero se le pasará cuando alcance la madurez. Sigue entrenándolo y enseñándole. Todo tu esfuerzo se recompensará más adelante.
Extractado de www.WholeDog Journal.com
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